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jueves, diciembre 08, 2005

BIOGRAFIA DE ALFREDO SADEL





Nacido en Caracas, Venezuela, el 22 de febrero de 1930, desde muy niño manifestó sus aptitudes musicales que no pasaron inadvertidas en el colegio donde estudiaba, y dos salesianos, el padre Calderón y el Padre Sidi, se hicieron cargo de su instrucción musical educando su voz natural -un diamante en bruto aun sin pulir- y de darle lecciones de actuación escénica.

El niño provenía de un hogar infeliz por la irresponsabilidad y abandono de su padre, típico macho latino que dejó regados cerca de 50 hijos en la región. Su infancia fue triste y solitaria además de llena de privaciones, a cargo solo de la madre que debió guapear para levantar y educar la familia. El padre, ebrio y autoritario, le hacía cantar las canciones de moda, lo que curiosamente para una ventaja para el artista. “Aprendí a amar estas canciones -diría posteriormente- de Juan Arvizu, Imperio Argentina y las que cantaba el mismo Agustín Lara, que encerraban un mundo tan grande para mi”.

Su debut como ‘cantante’ se dió en la catedral de Caracas, cantando el Ave María e impresionando a quienes lo escucharon. Diversos mecenas ayudaron a su formación que empezó en la Escuela Superior de Música de Caracas y continuó en México, Nueva York, Buenos Aires, Barcelona, Salzburgo y Milán e incluían solfeo, piano, armonía y composición.

Pero su consagración ocurriría sin embargo en la música popular, por lo que hoy es recordado con cariño y afecto no solo en la región del Amazonas que “guarda el tesoro verde del alma indoamericana…” (como la define en Canta arpa, una de sus más bellas canciones), sino en el resto del continente.

Otras habilidades del joven Sánchez fueron el dibujo y la pintura, y caricaturas suyas fueron publicadas por el diario La Esfera y la revista Fantoches. Posteriormente trabajó en la agencia publicitaria Mc- Cann Erickson, y con este ingreso ayudaría en algo a la situación de su hogar.

Gracias a esto Alfredo pudo pagar la grabación de su primer disco de 78 RPM, por una cara el bolero Desesperación y por la otra, el pasodoble El Diamante Negro, dedicado al torero Luis Sánchez, amigo del cantante quien también alguna vez quiso hacerse matador e inclusive toreó en varias oportunidades.

Fue por aquellos días que sus amigos le aconsejaron cambiar su nombre porque ya se conocían en el medio un Alci y un Alex Sánchez. Tomó la primera sílaba de su apellido SA y le agregó DEL, última sílaba del apellido de su ídolo: Carlos Gardel.

Vendrían después las primeras grabaciones, Desesperanza y Caribe, de la compositora María Luisa Escobar, Lloraste ayer, de Jacobo Erder y Anoche te amé, de René Rojas, junto con No te puedo querer, que conociéramos en versión de Juan Legido, El Gitano Señorón.

Comienza a codearse con figuras prominentes de la época, su compatriota Mario Suárez, el boliviano Raúl Shaw Moreno y el chileno Antonio Prieto, quienes dominaban el ambiente musical junto con los boleros de Los Tres Reyes y la Voz de la Ternura, la puertorriqueña Virginia López.

Empieza a destacarse a nivel continental y viaja al Canadá desde donde pasa a Estados Unidos, presentándose en lugares como el Latin Quarter y el Chateau Madrid de Nueva York, acompañado por la orquesta de Aldemaro Romero. Lo más importante de esta gira es la producción del L.P. Mi canción, una selección de temas hispanoamericanos que pronto se convirtió en un éxito de ventas.

Su gran apostura física lo convirtió en mimado de las ‘pavitas’ y delirio de las mujeres en las naciones donde fue conocido. El cine lo llamó pronto y participó en producciones como A La Habana me voy, con los cubanos Blanquita Amaro, Otto Sirgo y el argentino Tito Luisiardo y un año después en Flor del campo. MGM lo llamó a Hollywood donde permaneció un año recibiendo sueldo y al no serle asignado ningún papel, se fue a México donde sus discos lo habían hecho conocido. En 1956 participa en El Ratón, al lado de Raúl ‘Ratón’ Macías y Tu y la mentira, con Miguel Aceves Mejía y Evangelina Elizondo.

En 1958 se traslada a Cuba donde el amo era el chileno Lucho Gatica. El musicólogo César Miguel Rondón dice de esos días: “graba discos, se presenta en televisión y su fotografía aparece con elogios en casi todas las revistas y publicaciones de la isla. Se llama Alfredo Sadel miembro legítimo de toda la pompa y la euforia farandulera que conoció el continente por aquella época”.

Su paso por la isla quedó registrado en dos grabaciones hechas en épocas distintas y entre otras bellas melodías incluyó Lágrimas negras de Miguel Matamoros, Noche azul, de Ernesto Lecuona y Si me pudieras querer, de Ignacio Villa, Bola de Nieve.

En Cuba se le manifiestan unos nódulos en la garganta que resultaron ser benignos. Su curación la atribuyó a un milagro de Fray José de Guadalupe Mojica, a quien llamaba su benefactor. Regresó en 1960 a México donde interviene en Tres balas perdidas junto a Javier Solís, Elvira Quintana, María Victoria y Julio Aldama. Se vuelve a reunir con Aceves Mejía en El buena suerte, con la abuelita del cine mexicano Doña Sara García y de nuevo con Solís y Aldama, en En cada feria un amor.

Su carrera en el cine termina con Martín Santos, el llanero, coproducción mexico-venezolana con música de Juan Vicente Torrealba y Chelique Sarabia, de nuevo con Aceves Mejía, famoso por su falsete y su mechón de pelo blanco. En ella Sadel interpreta Di, tema de gran belleza en que despliega su formidable voz; también aparecen Lorena Velásquez y Adilia Castillo, el jilguero de Venezuela, muy recordada por el Golpe Tocuyano.

En 1961 se traslada a Europa dedicándose a la música llamada culta: óperas, operetas y zarzuelas que le ganan el aplauso de públicos selectos y exigentes. Los críticos alaban su bella voz de tenor que con los años ha ganado en intensidad. El pueblo sin embargo nunca lo olvidó y sus versiones de Humanidad, Vereda tropical, Incertidumbre, El cumaco de San Juan, El guarapo, Dominó, Cuenta mi alma, Desvelo de amor, Congoja, No te importe saber, Granada, Siempre te vas, Aquellos ojos verdes, Lágrimas (del colombiano Alvaro Dalmar) y sus versiones irrepetibles de Ansiedad y Madrigal (de Felipe Rosario Goyco, Don Felo), un amplio espectro que va desde el bolero hasta lo folclórico pasando por lo clásico, continuaron escuchándose -y aun se oyen-, en muchas radio estaciones de nuestra América.

Hizo dúos estupendos, entre ellos con la soprano Alba Marina y otro con Beny Moré, el Bárbaro del Ritmo, que ocupa lugar preferencial entre los coleccionistas latinoamericanos, particularmente su versión de Alma libre.

Destacó como compositor, debiéndose a su inspiración innumerables piezas como Yo no te engañé, Son dos palabras, Otra rosa, El hombre de hierro, Golondrinas del tiempo, Quiero a Maracaibo, Razonando, razonando y decenas más.

En 1978 volvió a Cuba recibiendo homenajes apoteósicos que lo animaron a grabar de nuevo música popular, entre ella un L.P. con música de Los Panchos y otro en que rendía su tributo al Morocho del Abasto, Carlos Gardel.

Se radicó en Nueva York desde 1985 y viajó bastante desde entonces a Caracas y Colombia, especialmente a Medellín, donde decía sentir con agrado el gran cariño tributado por su gente. Cuando más feliz estaba por la posibilidad de presentarse en el Metropolitan Opera de Nueva York, su salud empezó a deteriorarse. Se encontraba realizando presentaciones en Cali, Colombia, cuando debió viajar de urgencia a Caracas el 31 de diciembre de 1988.

BIOGRAFIA DE TONA LA NEGRA



Cuentan que no cantaba, sino que arrullaba, y lo que dijo cantando aún conmueve, dejando en los bohemios y románticos un aire de orfandad que aún les envuelve el alma, a grado tal que se ha perdido la cuenta de cuánto se ha escrito de María Antonieta del Carmen Peregrino Álvarez, Toña La Negra, por quien se desbordan torrentes de admiración al ser una de las voces con trayectoria más emblemática no sólo de la música popular de México, sino de la América nuestra.

Símbolo de una irresistible presencia, significativa para millones de habitantes del subcontinente, esta mujer sin par, fallecida el 19 de noviembre de 1982 en la capital de su país, sembró sentimiento, y lo sembró bien, de tal suerte que cuando se conoció la noticia de su partida, sus admiradores se preguntaban si el mundo podría seguir andando sin ella. Y sí, seguía caminando, pero mal, para estar claros, porque cuando se trata de sacar las cuentas en torno a las voces femeninas que han integrado esencia, conciencia, calidad y sentido social de pertenencia a un pueblo y a una raza, el saldo no es favorable.

Nació el 17 de octubre de 1912 en el barrio de La Huaca del puerto de Veracruz, y su llegada marcó la entrada de la hermosa ciudad mexicana a los terrenos tropicales en nombre de Cuba, en el son, la rumba y el danzón. De niña cantaba en familia, con su hermano Manuel, El Negro Peregrino, con quien siempre hizo magnífica pareja musical; pero, como ocurrió a Carmen Miranda, aquel símbolo inmortal de la música popular brasileña de la primera mitad del siglo XX, la marca del destino llegó en una fiesta. En el caso de María Antonieta, estaba presente en la reunión Agustín Lara, que ya empezaba a tocar las puertas de la fama y, como pasa en esas tertulias luego de tres copas de tequila, alguien dijo: " Que cante Toña", y cantó, dejando petrificado y sin habla al músico poeta, quien sólo atinó a preguntarse de dónde salía esa voz. Desde ese instante, Lara se apropió de la voz de ella, porque la fusión de ambos talentos fue lo más grande que pudo haber ocurrido. Él refrenda el recuerdo: "En 1932 escuché a una joven cantante desconocida. Abrir ella la boca y abrirla yo también, pasmado, fue todo uno. Cuando la oí cantar en aquella fiesta me levanté para preguntarle quién era, de dónde había salido. Me respondió que le decían Toña La Negra y que era de un barrio del puerto. Impresionado, la invité a comer al día siguiente, para descubrir que había llegado una nueva musa a mi vida. Escribí `Lamento jarocho` sólo para ella".

Antonieta recordaba que, influenciada por Manuel, su hermano mayor, desde los ocho años empezó a cantar en fiestas, concursos y kermeses, a veces sola y a veces a dúo con otra niña, Celia Pacheco. A los 17 años ya se había casado con Guillermo Cházaro Ahumada, quien la llevó a México con su primer hijo, de sólo dos meses de nacido, donde tuvo su debut profesional el 16 de julio de 1929 en el cabaret "El Retiro", donde se le conocía como "La Peregrino".

Existen varias versiones sobre la manera en que Toña llegó a la vida de Lara. Otra anécdota dice que él paseaba una tarde por Boca del Río; pero que la caminata fue interrumpida por la voz de una morena que lavaba ropa y entonaba una de sus canciones. "Por vida de Dios, es un pecado que alguien con tanto talento esté aquí lavando ropa", dijo Agustín, para luego hablar con sus padres y llevársela a la capital, encaminándola al triunfo tras bautizarla con el sobrenombre que la haría famosa, hecho que se disputarían el magnate de la radio Emilio Azcárraga Vidaurreta y su amigo Enrique Contel, quienes cuentan haberla escuchado en 1929, durante aquella primera visita que ella hizo a la ciudad de México con su primer esposo.

Tres años después, de vuelta a su puerto natal, en realidad aparece en su vida el compositor y pianista, quien le escribe "Lamento jarocho", "Veracruz", "Noche criolla", "Oración caribe", "Palmera", "La clave azul" y "La cumbancha", que presentaron en el teatro "Esperanza Iris" en enero de 1933, con tanto éxito que debieron prolongar su temporada de actuaciones.

Sin embargo, La Negra tuvo su propia historia al narrar que fue su hermano Manuel quien la presentó con Agustín Lara en 1930, en ocasión de un homenaje a su talento: "Canté para él con timidez y, al escuchar `Enamorada`, se quedó pasmado, fascinado diría yo. Enseguida comenzó a escribir para mí `Lamento jarocho`, la canción que significó mi entrada a la fama". Sea cual haya sido la historia verdadera, su carrera siempre estará ligada a la del músico poeta, quien escribió para ella sus más célebres composiciones.

La conquistadora

Así, días después de cumplir los veinte años, Toña La Negra debutó como cantante exclusiva de los temas de Agustín, y vinieron los delirios multitudinarios en el teatro capitalino "Esperanza Iris", la locura en el "Politeama", la conmoción y la conquista del corazón de un México que se reencontraba a través de ese dúo inmortal.

Se incorporó al elenco de XEW, donde cantó acompañada por Lara y la orquesta de Alfredo Girón, ofrecer aquellas fastuosas funciones teatrales y hacer grabaciones para RCA Victor que, sin duda, hoy constituyen uno de los más preciosos legados en la historia del bolero con piezas que alcanzan un valor incalculable para historiadores y coleccionistas, por el cúmulo de vivencias que recrean el México que se fue y no volverá.

"Este amor salvaje", "Por qué negar", "Obsesión", "Mentiras tuyas", "Y sin embargo te quiero", "Noche criolla", "Pesar", "Vereda tropical", "Cada noche un amor", "Angelitos negros", "Lágrimas de sangre", "Estás equivocado", "De mujer a mujer", "Como golondrinas", "Diez años" y "Cenizas", que dice: "Después de tanto soportar la pena de sentir tu olvido, después que todo te lo dio mi pobre corazón herido, has vuelto a verme para que yo sepa de tu desventura, por la amargura de un amor igual al que me diste tú…". Esos son algunos de sus títulos repartidos en casi cien acetatos.

En alguna de sus interpretaciones, ella, en nombre de la negritud, pedía piedad para el que sufre.

No necesitó promover escándalos ni asumir posturas de diva para destacarse, y lo jarocho, lo veracruzano -el haber nacido en la alegría de un puerto que fue llave y entrada de la cultura española a México en 1519- lo transpiraba con dulzura, y de ahí su permanencia.

No sólo fue intérprete de Agustín Lara, sino de compositores y poetas que combinaban el hacer y el decir: entre ellos Rafael Hernández, Sindo Garay, Gonzalo Curiel, Ignacio Piñeiro, Pedro Flores y Andrés Eloy Blanco, además de asumir un papel bien femenino en una época en que a las mujeres se les negaba hasta el voto, tomando un papel que iba más allá de tener hijos y esperar, hermanádose así con María Teresa Vera, Rita Montaner, Omara Portuondo y otras figuras -y hoy Guadalupe D`Alessio y Paquita la del Barrio, toda proporción guardada-, que reivindican orgullosamente a su género.

La ternura de siempre...

Sólo se alzó con su ternura, nada pidiendo, sino recibiéndola a lo largo de medio siglo exacto de tránsito profesional, sin que después de 1982 se le deje de escuchar en la radio, en la intimidad del hogar o en un viejo disco hoy convertido en CD, asombrados siempre de la permanencia de su voz, y es que, como se dice de Carlos Gardel, cada día canta mejor. Para los de su tiempo ella no ha muerto, y eso que han pasado más de dos decenios de que un paro cardiaco acabó con la vida de esa mulata color canela que, más bien, se murió de ternura.

Toña llevó siempre una vida personal discreta, reservada, lejos del brillo de las luces y los escándalos. Tuvo tres hijos con Cházaro Ahumada, casándose después con el baterista y jazzista Víctor Ruiz Pazos. En sus últimos años, con visitas frecuentes a sus amistades y algunos malestares de salud, vivió casi retirada de fiestas, escenarios.

biografia de agustin lara




Agustín Lara Aguirre del Pino nació en la ciudad de México, D.F., el día 30 de octubre de 1900. Fueron sus padres el Dr. Joaquín Lara y María Aguirre del Pino. Su infancia transcurrió en Tlacotalpan, Veracruz, donde nacieron sus dos hermanos, posteriormente, la familia Lara tuvo que trasladarse nuevamente a la capital de la República. Establecieron su nuevo hogar en Coyoacan, con el auxilio de Refugio Aguirre del Pino, hermana mayor de la mamá del compositor, que era directora del hospicio donde Agustín confiesa haber tenido el primer contacto con el instrumento musical que fue un armonio utilizado en dicho centro. El Dr. Lara, desde la iniciación del gusto por el arte musical descubierto en el pequeño Agustín, se opuso terminantemente a las inclinaciones de su vástago, quien sufrió por este concepto y por la extrema rigidez disciplinaria de su padre.

Desde pequeño tuvo disposición para ejecutar en el piano las melodías de moda y para improvisar fragmentos musicales. A la edad de 13 años, tuvo la oportunidad, aunada a la necesidad económica, de trabajar como pianista, haciéndola en el "Club de Señoras" que como es lógico suponer, se trataba de un sitio de disipación noctámbula. Ahí tuvo sus primeros ingresos, enfrentando a temprana edad, los rigores de una vida con fuertes pinceladas dramáticas.

El Dr. Lara que no estaba en la ciudad de México, se sorprendió al regresar, de encontrar al joven pianista en una actividad que lo llenó de indignación y provocó la determinación de recluirlo en el Colegio Militar, a fin de someterlo a una severa disciplina. Ahí pasó Agustín Lara un año, donde reprobó, consiguiendo con esto a que el Dr. Lara lo enviara a Durango, en un trabajo pesado. A ruegos de la señora Lara, fue perdonado, reingresando al Colegio Militar.

En 1927, liberado de la disciplina militar, se encaminó por el sendero musical, trabajando en un cabaret del rumbo de Santa María la Redonda, donde, a consecuencia de un impulso de celos, una mujer lo hirió en la cara.

En 1929, comenzó a trabaja en sus canciones, haciendo amistad con cantantes de impacto como Maruca Pérez, Juan Arvizu y el Trío Garnica Ascencio, los que comenzaron a interpretar sus canciones.

En la época en la que la radiodifusión cobra características de impacto popular, el 18 de septiembre de 1930, fue lanzada al aire una nueva emisora con planes ambiciosos e incluyó al novel compositor Agustín Lara, interpretando con su estilo y su discutida voz, canciones que prontamente fueron oídas en todo México; la Hora íntima de Agustín Lara, se caracterizó por el estreno, en cada programa, de una o varias canciones de su inspiración.

Tratar de enumerar los éxitos de Lara sería difícil, debido a que es uno de los más fecundos compositores y sus éxitos suman varios cientos. Su canción Granada ha dado la vuelta al mundo en las voces de los más famosos artistas.

De su vida sentimental, solo se puede decir que a confesión del propio músico, su primer matrimonio se efectuó en 1939 con Carmen Zozaya. En el mismo renglón de lo sentimental, están también los nombres de María Félix, Clarita Martínez, Yolanda Gazca, Vianey Lárraga y Rocio Durán, con ésta última se casó en España en 1965. No tuvo descendencia y adoptó al hijo de Vianey al que bautizó con el nombre de Agustín, llevando así los apellidos de Lara Lárraga.

Realizó varios viajes a Europa siendo el último en 1965, cuando recorrió la Península Ibérica, donde fue objeto de numerosos homenajes. En 1967, debido a su precaria salud, fue retirándose del ambiente artístico hasta permanecer aislado de todos, en su casa de la esquina de Edgar Allan Poe y Homero de la Colonia Polanco.

Falleció en el Hospital Inglés de la ciudad de México el 6 de noviembre de 1970 y fue velado en el Teatro de la Sociedad de Autores y Compositores de Música, de donde fue trasladado el día 7, al Palacio de Bellas Artes, de ahí partió a la Rotonda de los Hombres Ilustres en el Panteón Dolores.

biografia de betty missiego




nació en Perú, en Lima más exactamente, el 1 de enero de 1945. Comenzó su carrera artística como bailarina, pero una desafortunada caída le obliga a retirarse y abandonar su puesto de primera bailarina del ballet Nacional Peruano, lo cual no impide que continúe en el mundo artístico con un programa televisivo que le da enorme popularidad. En 1969 se establece en España, donde comenzó su andadura como cantante, que se ve avalada por la gran cantidad de premios conseguidos en festivales. En 1972 consigue la nacionalidad española y seis años más tarde representa a España en el World Popular Festival de Tokio y en la Olimpiada de París.
Pero el respaldarazo final vendrá de la mano del festival de Eurovisión de 1979 en Jerusalén, donde nos represento con la canción Su canción. A punto estuvo de ganar; hechas casi todas las votaciones, solo quedaba la de España, que no se podía votar a simismo, y que llevaba once puntos de ventaja sobre Israel, pero votaron doce a Israel y Betty se quedó sin el ansiado festival.

domingo, diciembre 04, 2005

biografia de vitin aviles




La trayectoria artística de Víctor Manuel Avilés Rojas, conocido por todos como Vitín Avilés, abarcó fructíferas pasantías por varias de las más célebres orquestas exponentes de la música afroantillana, colaboraciones discográficas con otras tantas y exitosas etapas como solista. Este admirado cantante fue calificado por los críticos más exigentes como tan buen rumbero como bolerista. Dicho en palabras claras, se trata de un intérprete versátil y de estilo único. A juicio de muchos de sus seguidores, su mayor mérito lo constituyó haber sido seleccionado por Xavier Cugat como vocalista del álbum “Merengue by Cugat!” (CBS, DKC-10454), grabado en 1955, respondiendo a la petición del entonces dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Tal producción sigue siendo considerada la más exitosa, a nivel mundial, en la historia del merengue.

Irónicamente, el nombre de Vitín Avilés alcanzaría pleno cartel estelar a partir de 1974, luego de más de 30 años de intenso quehacer artístico, durante los cuales intervino destacadamente en cerca de 40 álbumes de música cubana tradicional y salsa, acompañado por bandas y conjuntos estelares. Aquel año grabó el disco de boleros “Canta al amor” (Alegre, SALP-8676) que generó tres exitazos: “Fui más leal” y “¿Por qué ahora?” (de Bobby Capó) y “Temes” (de Tite Curet Alonso). Esta producción es considerada un clásico de la discografía nacional.

Vitín Avilés era un músico intuitivo. Jamás estudió canto ni instrumento alguno. Nació el 30 de septiembre de 1924 en el barrio San Silvestre, Mayagüez. Durante su temprana juventud ejerció el oficio de barbero que aprendió con su progenitor, al tiempo que hacía sus pinitos como aficionado en diversos programas de la radioemisora WPRA en su natal Mayagüez. Por su privilegiada voz, se le anunciaba pomposamente como «Mojiquita», remoquete con que se pretendía compararlo con el aclamado tenor mexicano José Mojica.

En 1943 emprendió su carrera profesional al incorporarse a la Orquesta Hatuey, dirigida por el pianista William Manzano. Con aquella organización, en la que también figuraba Mon Rivera, estuvo cerca de un año. Y, luego de varios meses en Orquesta Anacaona, del pianista cubano Abdías Villalonga, decidió radicarse en San Juan, en 1944.

En la Ciudad Capital encontró rápidamente acomodo en la naciente orquesta del trompetista Miguelito Miranda. Fue acompa?ado por esta banda que, en 1947, grabó un disco por primera vez. Tal placa (78 rpm) contenía la guaracha “La televisión”, en cuya letra sus autores, los cubanos Tony Fergo y José Carbó Menéndez, anunciaban la llegada a Latinoamérica del que sería considerado “el invento del siglo”. Pocos meses después, nuestro biografiado decidió establecerse definitivamente en Nueva York que, entonces, era una de las plazas más importantes para los músicos hispanos.

En la Gran Urbe agotó una pasantía de doce años (1947-1959) con la famosa orquesta del cubano Pupi Campo, también cantante. No obstante, en el interín colaboró en grabaciones con la Lecuona Cuban Boys, Machito & His Afrocubans, las encabezadas por Enrique Madriguera, Moncho Usera, Tito Puente y Tito Rodríguez, así como con Payo Alicea & Sexteto La Playa, el Cuarteto Marcano y, como apuntamos al principio, con la gran banda de Cugat.

Culminado su ciclo con Pupi Campo, este talentoso puertorriqueño fue reclutado por su compatriota Noro Morales, con cuya orquesta trabajó en muchas ciudades de Estados Unidos y en Puerto Rico. Desde 1959 hasta el fallecimiento de aquel virtuoso pianista, actuó permanentemente en el Hotel La Concha, en San Juan, aunque mantenía su residencia oficial en Nueva York. Posteriormente, fue vocalista oficial de la batuteada por Usera (1964-1965); dirigió su propio combo y grabó como solista para los sellos Seeco y Musicor, así como con Steve Hernández y Su Orquesta Latinoamericana (1970). Durante el período 1971-1975 – además de actuar frecuentemente frente a su grupo – fue habitual en la nómina de la banda de Charlie Palmieri. Con éste se acreditó tres exitazos: las guarachas “La vecina” y “La hija de Lola” (originales de Raúl Marrero) y el bolero “Dueña de mi corazón”, de Pepé Delgado.

A su álbum mejor vendido, “Canta el amor”, cuya producción dirigieron Tito Puente y Joe Cain, le siguió el titulado “El mensajero del amor” (ASLP-6004), editado por Alegre Records en 1975 y cuya dirección musical se delegó en el argentino Horacio Malvicino. A raíz de aquellos lanzamientos se recrudeció una vieja polémica basada en la similitud de su estilo y de su timbre vocal con los de Tito Rodríguez. ¿Quién imitaba a quién? Tal era la incógnita que muchos admiradores de ambos anhelaban develar. Pero, en realidad, ninguno intentó jamás imitar al otro. Todo era pura coincidencia. Se recuerda que, en 1954, compartieron la grabación de un disco con cuatro canciones en 33 rpm. Y, cuando cada cual hacía solos, hasta a los más fervorosos seguidores de ambos les resultaba difícil diferenciarlos. Por otro lado, tanto Vitín como Tito, amigos desde muy jóvenes, disfrutaban de la controversia que había surgido en torno a ellos y nunca uno acusó al otro de pretender imitarlo, aunque la mayoría de los coleccionistas y conocedores seguirían insistiendo en que la característica de acortar la duración de las notas “dejándolas caer” y entonar semi-hablando las melodías, así como el peculiar timbre vocal que guiara al estrellato a Tito Rodríguez se evidenciaron primero en Vitín Avilés.

Desafortunadamente, la compañía Fania – que había adquirido el catálogo Alegre – no dio seguimiento al impacto de aquellas producciones bolerísticas que hubieran encaminado a este gran cantante hacia la consagración definitiva. Además, en Nueva York, Puerto Rico, Venezuela y otros mercados importantes la radio limitó la difusión de música romántica para dar paso a la balada pop, forzándolo a concentrarse en el ámbito salsero. En 1979 grabó en Caracas el álbum “Vitín Avilés con la Súper Orquesta Venezuela” (Velvet, GS-3007), compartiendo las vocalizaciones con Nelson Pinedo y Nelson Alizo, éste último, también pianista, arreglista y director de la referida banda. A partir de los 80 dedicaría la mayor parte de su actividad musical al trabajo de estudio, integrando los coros en grabaciones de otros artistas. Con cierta regularidad se presentaría en salones de baile acompañado por diversos conjuntos.

Vitín Avilés contrajo nupcias con la dama Isabel González en 1983. De su primer matrimonio es fruto Víctor Manuel Jr. (n. en 1944), quien se desempeña como mecánico de la empresa Norelco. Tiene otro hijo, Christopher (n. en 1979), que es adoptivo. Hasta el 2000, había grabado 50 álbumes como cantante de orquestas estelares y en calidad de solista. Sus colaboraciones con otros solistas y agrupaciones salseras integrando los coros sobrepasaron el centenar.

El artista mayagüezano que se conoció en el ambiente como “El Cantante del Amor” falleció el 1ero de enero de 2004 en un hospital de Manhattan en la ciudad de Nueva York.

biografia de sandro




Baladista pop argentino (así lo define la revista Rolling Stone), nacido Roberto Sánchez el día 19 de Agosto de 1945. Su pasión por la música nace de niño, cuando le encantaba imitar al Rey del Rock, Elvis Presley, su gran ídolo. En 1960, Sandro formó su primera banda llamada “Trío Azul”. Cuando Agustín Mónaco abandonó la banda, esta se convirtió en un dúo (que duró poco tiempo) llamado “Los Caribes”. Poco tiempo después, el cantante formaba parte de “Los Caniches de Oklahoma”, más tarde llamados “Los de Fuego”. El primer single solista de Sandro, “¿A esto le llamas Amor?”, fue lanzado en el año 1963, seguido por el single de “Los de Fuego”, “Hay mucha agitación”. El cambio radical fue en el año 1967 cuando Sandro obtuvo el primer lugar en el “Festival Buenos Aires”, cantando su canción “Quiero llenarme de ti”. Pronto el cantante llegaría a actuar en los lugares más importantes del mundo, tales como el “Madison Square Garden” de la ciudad de Nueva York en el año 1970. Su creciente popularidad hizo que en el año 1971 Sandro actuara frente a 60.000 personas en el Estadio de San Lorenzo, en Argentina.

Sus habilidades para la actuación lo llevaron a interpretar diversos roles en 16 películas (Subí que te llevo, Muchacho, Quiero llenarme de ti, etc.) y en una popular novela portorriqueña llamada “Fue sin querer”.

También tuvo su propio programa de TV, en Argentina en los años ’90. Se llamó “Querido Sandro”, y se emitió por canal 13.

El fenómeno Sandro, poco a poco se convirtió en mito, al punto tal que su talento es más reconocido hoy que en sus comienzos.

Cada nueva presentación en vivo genera grandes expectativas entre los fans, ocasión en la que el ídolo aprovecha para batir más y más records.

Además, se mantiene siempre vigente ya que miles de fans concurren año tras año a su casona del barrio de Banfield, para celebrar su cumpleaños en forma multitudinaria.



Un artista único, excepcional que a 40 años de su debut sigue entreteniendo como siempre, y emocionando más que nunca.

biografia de tite curet alonso



Es uno de los compositores puertorriqueños más prolíferos de la última mitad de siglo. Y uno de los que más canciones ha llevado al primer lugar de la popularidad.

Catalino Curet Alonso nació en el barrio Hoyo Inglés del municipio de Guayama. Su madre era costurera. Su padre era músico de la orquesta de Simón Madera y profesor de español. Ante la separación de sus progenitores, Tite se mudó con su madre a Barrio Obrero de San Juan. Y según recuerda, cuando le solicitaba dinero a su padre, éste le devolvía la carta, marcada con la debida corrección de acentos, y con el pedido cumplido.

Su carrera en la música comenzó con educación básica en teoría y solfeo con el profesor Jorge Rubián. Sus primeros pasos en la composición los dio en Nueva York, en 1965, cuando compuso para Joe Quijano sus primeros temas.

Tres años más tarde, Tite compuso la canción "El gran tirano" para el bolerista cubano Roberto Ledesma. Y ante la no utilización del número por parte de éste, se dio la oportunidad de adaptar la canción, en una versión femenina, para la cantante cubana La Lupe.

"La tirana" convirtió a Tite Curet en una sensación del pentagrama popular. Y añadiendo al repertorio de la legendaria intérprete "Carcajada final" y "Puro teatro", la carrera del compositor guayamés comenzó a despuntar en grande.

En 1969 el trío Los Andinos le grabó "Detuve el reloj", el trío Los Condes se anotó un éxito similar con "Brujería" y Tito Rodríguez le convirtió en clásico los temas "Tiemblas" y "Don Fulano".

Coincidiendo con el surgimiento del movimiento salsero en Nueva York, Tite Curet Alonso se convirtió en uno de los compositores de mayor demanda del movimiento. Su producción junto a Jerry Massucci para marcar el regreso de Cheo Feliciano a la canción hizo historia y produjo éxitos como "Anacaona", "Mi triste problema", "Pa' que afinquen", "Si por mi llueve" y "Franqueza cruel".

En 1971 le dio a Willie Colón el éxito "Piraña". Meses más tarde produjo para Ray Barretto "Testigo fui" y "Vale más un guaguancó". Su comunión con el género afroantillano le dio aciertos como "Las caras lindas de mi gente negra" y "De todas maneras rosas" grabadas por el sonero Ismael Rivera, "Periódico de ayer" interpretada por Héctor Lavoe, "Plantación adentro" compuesta para Rubén Blades, "La esencia del guaguancó" cantada por Pete "El Conde" Rodríguez y "El prestamista" producida para el maestro Rafael Cortijo.

Sin embargo, su versatilidad como compositor le ha llevado más allá de la salsa para incursionar en otros géneros como compositor. En la balada produjo "Tema de Nilsa" que le grabara Johnny Olivo. En el merengue "Yo me dominicaniso" para Los Hijos del Rey. En la etapa del neofolklore compuso para Tony Croatto "Cucubano", que posteriormente grabara el quinteto internacional Menudo. Y sus temas navideños han formado parte del repertorio de varios cantantes.

Su presencia en competencias internacionales se dio con la participación de Los Hermanos Castro en el Festival de Río, donde interpretaron su composición en portugués "Y después del amor". En Buga, Colombia, obtuvo el primer lugar con "Deja al poeta cantar" que interpretó Irma Bruno. En el Festival de la Salsa en Venezuela llegó a la posición cimera con "Sal saludando" interpretado por Cheo Feliciano.

Ha trabajado versiones al español de numerosos temas internacionales. Le dio letra en español a "Candilejas" de Charlie Chaplin que grabó Wilkins, su versión de "Si yo fuera rico" le dio un gigantesco éxito a Chucho Avellanet, así como trabajó las primeras versiones al español que grabó Nelson Ned.

Sus composiciones han formado parte de la banda sonora de películas como "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "Bad Habits" y "Godfather II".

Junto a su labor como compositor, Tite Curet ha desarrollado una extensa carrera periodística a través de publicaciones como "Variedades", "Estrellas", "El Mundo", El Reportero", "Vea" y "El Vocero". Ha publicado el libro "De la vida misma", así como mantiene un programa semanal en Radio Universidad.

El legendario compositor puertorriqueño Catalino "Tite" Curet Alonso murió el 5 de agosto de 2003 de una enfermedad respiratoria en Baltimore. Tenía 77 años de edad.